Caroline es una joven diseñadora de interiores soltera que vive en San Francisco y lleva tiempo sin novio. Se muda a un apartamento que parece perfecto, sólo para ser despertada cada noche por su vecino, Simon, alias el «wallbanger». La tensión entre ellos es tan densa como delgadas son las paredes y, de repente, Caroline se da cuenta de que puede haber descubierto una nueva definición de vecindad.