La acción se desarrolla entre las montañas de Honduras, en algún caserío perdido entre caminos y bifurcaciones que cruzan los pinares que tanto abundan en el país. Un padre y su hijo, que de pronto aparecen de la nada y rompen la rutina del lugar y piden posada, muestran a los habitantes de la casa que les ha dado abrigo por esa noche un extraño artefacto que reproduce sonidos que no han escuchado antes pero que les embruja de placer.