Jill y su hermana Isabelle siempre han sido muy unidas, a pesar de la larga batalla de Isabelle contra la fibrosis quística. Cuando Isabelle muere, Jill queda desconsolada y sin rumbo. De vuelta en Los Ángeles, donde persigue su sueño de convertirse en guionista de televisión y encontrar un novio para toda la vida, Jill se las arregla dejándole mensajes de voz. Pero lo que Jill no sabe es que el número de Isabelle ha sido reasignado... a Austin, un agente inmobiliario de Nueva York. Divertido e intrigado, Austin se engancha a las historias de Jill, especialmente a su drama con el encantador asesor de citas británico Chad. Cuando Chad la ignora, Austin vuela impulsivamente a Los Ángeles para conocer a Jill. Congenian, pero Jill no deja de dejar mensajes de voz, sin saber que Austin es quien escucha. Ahora Austin debe decidir si contarle la verdad a Jill o arriesgarse a perder a la mujer de la que se ha enamorado accidentalmente.