En esta obra del Águila Descalza el espectador encontrará sin torturas los innumerables pellizcos que las madres nos aplicaron durante las visitas, los especiales correctivos de que ellas echaron mano para enseñarnos a comportar en sociedad, mientras nos cortaban las uñas hasta la madre. La obra tiene como protagonista a la mamá, ese ser que se ha convertido en una verdadera institución donde se cruzan todos los sentimientos: la gratitud, el odio, el abandono, la vanidad, el amor. Ese compromiso que adquieren las mujeres desde la concepción, pasando por el embarazo, el parto y la crianza, es el pretexto para recorrer en escena las particulares situaciones que ocurren a partir de ese vínculo de la madre con sus hijos, el cual en muchos casos se perpetúa como un cordón umbilical invisible.
