Rufino, un hombre de 71 años, enviuda y decide regresar al pueblo donde conoció a su mujer. Allí se reencuentra con sus paisajes y con su amigo Gaspar, un pintor que se ha hecho cargo de una pequeña niña huérfana de ocho años llamada Ana-E, con quien Rufino se verá obligado a permanecer bajo el mismo techo, pese a su hostil convivencia. La soledad de estos personajes se va afrontando, iniciando trazos de una nueva forma de superar el abandono.