Argelia, verano de 1962, ochocientos mil franceses abandonan su tierra natal en un éxodo trágico. Pero 200.000 de ellos decidieron intentar la aventura de la Argelia independiente.
Durante las décadas siguientes, los acontecimientos políticos obligarían a muchos de estos pieds-noirs a exiliarse en Francia. Pero algunos nunca se fueron.
Entre ellos se encuentran Germaine, Adrien, Cécile, Guy, Jean-Paul, Marie-France, Denis y Félix, argelinos de origen europeo. Algunos tienen nacionalidad argelina, otros no. Algunos hablan árabe, otros no. Son los últimos testigos de la historia poco conocida de estos europeos que permanecieron por fidelidad a un ideal, por gusto a la aventura y por amor incondicional a la tierra que los vio nacer, a pesar de todos los avatares que tuvo que atravesar la Argelia libre, en plena construcción.
