En sánscrito, nayan (नयन) significa 'ojo' y evoca una dimensión poética sobre la percepción y la visión. Este término también da título a una canción creada por mi compañero nepalí en 2015, Sandeep, mientras yo, con mi cámara, buscaba activar el vacío en el paisaje chileno, sin cuestionar si tenía derecho a materializar algo ajeno a mi condición de sujeto, perpetuando el privilegio que me sostenía. Diez años después, revisito y denuncio estos actos, explorando cómo el lenguaje, tanto visual como verbal, expone nuestras limitaciones y las estructuras invisibles de poder que nos condicionan.