La cámara se refleja en el espejo retrovisor de un auto deslizándose por una carretera polvorienta en un desierto de la costa peruana. Esta imagen captura simbólicamente al director detrás del lente y observa un extenso espacio vacío que se resbala por los lados, tratando de escapar el centro: el presente, el cual al mismo tiempo representa la memoria, la que a la vez esta aquí pero también siempre alejada de aquí.