Rebecca (Anny Duperey), abogada, se da cuenta de que el joven (Julien Crampon) al que ha exonerado tras una brillante defensa podría ser en realidad el culpable del asesinato del que se le acusa, y que podría estar planeando otro crimen. La investigación personal de Rebecca la lleva hasta Bélgica, donde cruza su «línea roja» ética cuando conoce a Malice (Emilie de Preissac), una joven agente de policía. Malice, una impulsiva cabeza caliente, la lleva a dar un paseo salvaje por Bruselas.
