Inés viaja a Kiruna, un pueblo sobre el círculo polar ártico-sueco y a más de trece mil kilómetros de Uruguay. Revisita su pasado de exilio plasmado en centenares de cartas escritas a mano entre ella y su padre, preso durante 14 años en Uruguay. Cartas en las que compartieron sueños y dificultades, donde la escritura y la familia se convirtieron en un puente para estar juntos, donde sea.