La lucrativa ruta del hachís condena a los agricultores marroquíes al miedo y a la pobreza. Más de 40.000 hectáreas de las montañas del norte de Marruecos están dedicadas al cultivo del cannabis, de las que se vienen obteniendo un millón de kilogramos, destinado en su gran mayoría a los coffee shops de los Países Bajos. Sin embargo, una buena parte de los agricultores que trabajan esas tierras se enfrenta a cargos, porque el gobierno marroquí los sanciona por cultivar cannabis. El documental esclarece el despropósito jurídico que rodea al negocio del cannabis, desde el origen en Marruecos, donde los agricultores pueden cultivar la hierba aunque tengan prohibido exportarla y hasta llegar a los Países Bajos, cuya normativa les permite vender hachís pero no importarlo. Contenido disponible hasta el 18 de diciembre de 2019.