"Algo me hipnotizó profundamente la primera vez que vi las imágenes contenidas en las cintas que llevaban abandonadas en las estanterías de mis abuelos ya décadas. Si bien la calidad de la digitalización era bastante pobre, aquellos momentos, grabados por las manos temblorosas de mi abuelo y protagonizados por mi madre, desprendían algo desgarrador. Creo que es la primera pieza que hago en la que me considero más un espectador que un creador. Me limito a observar recuerdos que no me pertenecen, a sentirme nostálgico por cosas que nunca viví. Rostros sonrientes de personas ya fallecidas, lugares imposibles de encontrar. La imagen de una fecha dibujada en la arena, desapareciendo con el oleaje. La inmortalidad del arte, lo efímero del recuerdo. Una batalla, un adiós, un último abrazo."
