Años después de que su hijo falleciera en un accidente, un matrimonio decide adoptar un niño. Un día, un niño de 7 años, Eli, llega inesperadamente a su puerta diciendo ser de la agencia de adopción. Eli viste de traje todos los días y, para ser un niño, habla muy bien. Ayuda a los adultos a procesar la pérdida, que había sofocado tanto su matrimonio como su negocio de juguetes, y les permite abrazar la vida de nuevo.