Jueza en la 3.ª Sala Penal de Marsella, Françoise Larchey está casada con Jean-Pierre Larchey, un reconocido arquitecto de la Costa Azul. La pareja tiene un hijo, Valentín, de diecisiete años. La muerte de Edith Mesniel, una política local, sacude a la ciudad. Pero cuando Emilie, única hija de Edith y novia de Valentín, le confiesa a Françoise que la muerte de su madre no fue accidental, la magistrada decide investigar el caso. Al hacerlo, incomoda a muchas personas. Recibe amenazas de muerte, y tanto su hijo como Emilie también son intimidados, pero ella se niega a rendirse. Poco a poco, descubre que la mafia se ha infiltrado en todo el país.