La estabilidad de las condiciones ambientales convierte a las zonas tropicales en lugares únicos para miles de especies animales y vegetales, un verdadero jardín del edén en el que se concentran las zonas con mayor biodiversidad y productividad del planeta. En América Central, este clima tropical y su aislamiento natural, han convertido a Cuba en un paraíso extraordinario de fauna y flora, producto de una geología particular que ha ido evolucionando de un modo propio desde la época en que los dinosaurios poblaban la Tierra. Hoy en día, los espacios naturales protegidos de la mayor de las islas que cierran el mar Caribe, son todavía unos grandes desconocidos. La Ciénaga de Zapata, una de las mayores reservas de cocodrilos del mundo, o el archipiélago de los Jardines de la Reina, zona privilegiada de arrecifes coralinos que rodean a los pequeños cayos, son una muestra del excelente estado de conservación de sus espacios naturales.
