Y la pintura se desarrolla hasta irrumpir y ser acción protagonista en Ciudad vs. Arte. Acción manual, inédita, efímera convertida en performance. Cambio de papeles: el director es pintor y actor; el cuadro que se pinta sobre el paisaje es protagonista; la mano tantea y elige pinturas que tapan el paisaje y aparece «la obra». El director-pintor deviene destructor-censor al reventar a punta de martillo el vidrio que contiene al cuadro-protagonista y que deja al desnudo un «paisaje natural». Gestos no exentos de ironía. Capas y capas de significados elaborados «a mano» que nos llevan a pensar en ese primer cuadro que salió del marco y reventó el lienzo: Las meninas, de Velázquez. En ambos el espectador es convocado a la elaboración del acertijo, como en El misterio de Picasso, que dirigió Henri-Georges Clouzot. (Ángela Bonadies)