Como thriller lleno de acción, tiene sus propios buenos momentos. El mejor de todos es Charles Durning, un hombre que sabe mucho de actuación. Se roba la película como el retirado Les Kabowski, que quiere cooperar con el detective Brockman, un hombre ansioso que intenta resolver un caso sin resolver. Ambos actores parecen haberse llevado bien, como se muestra en el producto final.