Esta bella adaptación del clásico cuento, se filmó en Buenos Aires, en la casa de los Méndez Delfino. Su mujer fue la vestuarista, su hija Inesita, de tres años, asumió el rol de Caperucita, protagonista absoluta junto al perro “Alf”, el ovejero alemán que interpretó al temible lobo. En 1994 Inés Méndez Delfino donó la copia del film al Museo del Cine de Buenos Aires, junto a una caja llena de fotografías, programas de mano y notas de prensa acerca de la obra de su padre.